Aumentar la sensación de que eres tú quien lleva las riendas de tu vida, te ayudará sin duda a recuperar el manejo y el control de tu poder personal en la cotidianidad. Y es que, al fin y al cabo, no conocer y no hacer frente a nuestros mecanismos de reacción es otra forma sutil y disfrazada de permanecer presos y de restarnos libertad a nosotr@s mism@s. 

¿Quieres tener un comportamiento reactivo o proactivo en tu existencia? ¿Dejarte llevar por la co-rriente o manejar tú el timón? ¿Esperar o hacer que las cosas pasen? ¿Cuánto tiempo dedicas a formular la vida que te gustaría tener? ¿Qué estás dispuesto hacer para cumplir tus sueños? Solo puedo ocuparme de crear mi realidad, sólo me puedo crear a mí. El resto, no me corresponde. No soy víctima, soy responsable: no ignores ni desperdicies el poder que tienes.

Desechemos lo que obstaculiza esa comprensión, pues no se trata de acumular sino de aprender a desapegarnos de lo que no somos. Una pequeña mente libre que lo es porque se permite simplemente ser. No temas, pues la ganancia será siempre mucho mayor. Recuerda a lo largo de tu vida que no podemos acaparar todo, y que para obtener algo debo soltar y ofrendar primero, ya que sólo así obtendremos una ganancia equilibrada y válida. Y te aseguro que el precio de ser libre, lo vale todo, porque sin libertad no hay nada. Solo los que vibren en la frecuencia de saber nadar en un universo de infinitas posibilidades llegarán a ella. A dónde nada importa y sólo se está de la manera en que uno decide. Libre, sin base ni límites, solo así, sin más. Libres, sin ganar y sin perder. Solo ser, solo estar. El/La que se olvide de quién ha sido, de dónde viene, y a donde va. Solo ese/a la encontrara. El que abandone todo, encontrará el acceso a todo. Solo así… hallarás la posibilidad de SER LIBRE.

Los dos días más importantes de tu vida van a ser, seguramente, el día que naces y el día en que descubres el por qué. Tu VALOR te lo pones tú. Recuperar nuestro poder es un llamado a la libertad de SER, y a ejercer nuestra sabiduría y soberanía por derecho propio y divino. Una invitación a formar parte, a habitar y a defender tu lugar no casual de este reino universal, una vuelta a que desarrolles tu paraíso personal y terrenal aquí en la Tierra, y a que lo compartas en hermandad y armonía.